LIBRO OBJETO

Sobre los Libros
El Libro Objeto – La manzana Jesuítica

Nuevamente presento el libro como un objeto de arte y no como un tomo ilustrado con grabados o como un volumen con textos para ser leídos. En el formato de libro, he encontrado un medio que es a la vez íntimo, flexible e interdisciplinario.
Con las cajas libro exploro con ingenio las posibilidades escultóricas del libro y uso las placas de cemento para crear tensión entre el interior y el exterior de la obra. Esta serie de Libros Objetos de La Manzana Jesuítica, esta compuesta por doce ejemplares. Que hacen alusión a la labor de los Jesuitas en Cba.

Libro Objeto – 100 Años Haciendo Arte en la Cancha.

Con motivo de cumplirse 100 años de la Liga Cordobesa de Fútbol, realice 8 libros Objetos. 4 de ellos hacen alusión a la historia de la Liga. Y los otros cuatro representan la historia de cuatro clubes que ya han cumplido los 100 años.
Un libro de artista es un objeto que está hecho para ver y si tiene texto tampoco es para leer. Un libro de artista es un objeto que está pensado para poseerlo y acariciarlo con las manos y la vista, ahora cerca de los ojos, para poder mirarlo. Tocar y mirar. Un rito necesario, casi religioso, para gozar del libro de artista.
Un libro de artista es un objeto lleno de sorpresas. El artista se propone sorprender al espectador/ lector con páginas que habrá que desplegar, desatar, a veces cortar los hilos que la contienen o leerlo al revés.

Presentación: Susana Chas, Libro de Artista: “Búsqueda”.

Carmen Buteler me habló por teléfono para que le presentara un libro Objeto. He presentado libros de ensayo, de narrativa, de poesía pero no un libro como el que me describía. Cuando empezó a hablarme de coincidencias, de cábalas, de una casa barco, en una esquina frente al Arrabal, acepté inmediatamente. Ese lenguaje me era familiar. Voy a su casa.
Ella tiene su Cuarto Propio que no es sólo la habitación propia de su trabajo sino el lugar donde puede habitarse a sí misma como quería Virginia Woolf, y el lugar de la búsqueda. En su atelier puedo seguir a través de los objetos que ha utilizado todo el proceso de su creación. Es la primera vez que me sumerjo en un libro objeto, un libro de artista del que iré emergiendo para contemplar las imágenes multiplicadas
de una casa barco que irá transformándose en numerosos cuadros, más de cuarenta, de variada técnica. Un Mix Expresivo disparado desde un libro. Siempre me maravillan las coincidencias que producen las obras de arte, pero al mismo tiempo pienso que esas coincidencias no son fortuitas sino fruto de una búsqueda, de una mirada sensible, de un pensamiento atento.

Tal lo que ocurre con Carmen Buteler, ella posee esa sensibilidad, ese llevar el pensamiento a la acción, cuando encuentra en sus búsquedas, aquello que atrapa su mirada de pintora que sabe recrear formas y darles color. - Carmen dibuja, pinta, decora, teje, entrama. - Los ojos de Carmen siempre buscan y atrapan formas, miran. - Carmen no solo contempla, ella lee su ciudad, la recorre, la fotografía. La interpreta. - Cuando viene a Córdoba Silvia Vera, a dictar un curso sobre el LIBRO DE ARTISTA, EL LIBRO OBJETO, lanza una consigna: Hacer un libro de artista. Será realizado, contendrá algo representativo de esta ciudad, Carmen ya tenía hecha su elección: La Casa-barco. Los ojos de Carmen en ese recorrer su ciudad, se habían detenido en una casa con un balcón que se adelanta, como la quilla de un barco, en una esquina y se hace curva en su pared medianera sur, por la que antaño pasaban las aguas de la Cañada.

Uno y otro día había contemplado la fachada que para su pena, iban a demoler.
Su cámara fotográfica intentaba retenerla y fijarlas imágenes. Cuando cree que ya la tiene atrapada, siente que es la casa la que se ha apoderado de su mente y está ahí en su retina. Entonces comienza a trabajar su libro-objeto a partir de esas fotografías. Con la fotocopiadora deforma la imagen del balcón, la ensancha, la estira, arma y desarma como un rompecabezas. El material que va usando para nuevas abstracciones. El tiempo pasa y Carmen sigue su búsqueda de artista. La casa parece dirigir sus manos que no para de experimentar. Cuando está armando la tapa del libro se disparan las imágenes en fragmentos que dan lugar al cuadro “Fantasía” . De lo real pasa a lo imaginario hasta llegar a la abstracción total.

Nada desecha Carmen cuando trabaja, todo lo utiliza, hasta las manchas accidentales. Aparece una noticia en el diario: “La Casa-Barco no será demolida sino incorporada al patrimonio cultural de la ciudad”. Junto a la noticia, vienen más datos sobre la casa y su dueño. Y aquí otra coincidencia: La casa-barco que hizo construir Don José Tucci y que el llamó “El Vapor de Don Pepino” fue realizada por el Ingeniero José Bettolli, abuelo del marido de Carmen. La casa parece querer emparentarla. Sin abandonar su pintura busca más datos. Los que va encontrando, estimulan aún más su creación.

Los fantasmas de ese italiano, que debió soñar con el mar lejano para hacerse una casa como un barco en Córdoba; la de su constructor, el ingeniero que supo plasmar sus sueños, se cruzan en su fantasía. Va al arcón de su abuela y comienza a sacar lienzos, sábanas y manteles de hilo que cortará, entintará, imprimirá. Agregará otros materiales y así irán surgiendo sus “collages”, sus Siete Miradas, Siete Soportes, Siete Fantasías, Siete Colores, Siete Grabados clásicos en blanco y negro. En la búsqueda del juego aparece el número siete, en la cábala, el número perfecto. La casa ya no está sola en su mente, la abuela, el ingeniero, y Don Pepino tiene mucho que ver con sus cuadros.

El espacio íntimo, familiar de su abuela hacendosa, penetra con los trozos de sus sábanas y manteles en las aguafuertes y aguatintas, impresos y grabados. Una esquina de sábana se contrapone a la esquina del balcón, en un diálogo del interior doméstico con el balcón que asoma, como la artista que del cuarto propio atraviesa el umbral para asomarse al espacio exterior. Las líneas curvas que dibujara el ingeniero para esa pared medianera que daba al cauce que seguía La Cañada aparecen una y otra vez en la figura del barco con sutiles redes de aguatintas.

La casa navega en la ciudad, humosa o soleada, bajo una cortina de agua o de rayos de sol. La atmósfera de la noche, un sueño y aún aquí, de su trío parece esconder el fantasma de un soñador, como seguramente lo fue Don Pepino. - Carmen necesita palabras ahora, siente que la casa habla. Comienza a asistir al taller de expresión literaria de Teresa Castellanos. Carmen dice que ella pinta mejor que escribe, sin embargo, todo lo que yo les he relatado, me lo contó ella.